VIVE TU VIDA COMO QUIERAS QUE SE RECUERDE, NO COMO QUIERAS QUE SE IMAGINE.

jueves, 17 de junio de 2010

Escribir por escribir.

No es cuestión de gustos, ni tampoco de emociones. Es cuestión de lo que tú sientas. No el vecino, no tu amigo, ni siquiera el mejor de ellos. No intentes buscar tus respuestas en preguntas ajenas, no tienen nada que ver aunque al principio se asemejen. Créeme.

No es cuestión de honor, ni tampoco de orgullo. Es cuestión de bienestar. Del tuyo propio, de ése que cuando lo sientes dices... "¡JODER! ¡Qué bien me siento hoy!" ¿Sabes dónde está el reto, verdad? Está oculto en intentar que ese "hoy" pasen a ser todos los días, el resto enterito de tu vida.
¿Tú piensas que estoy loca? ¿De veras crees que digo tonterías cuando hablo de felicidad o bienestar? No sé, cada uno la intenta buscar a su manera... Sí la tuya es burlarte de cómo lo hago yo o lo dejo de hacer, ¡FELICIDADES! Crees que eres feliz! Yo me quedo con la mía... es más real, más solida, más humana.

jueves, 10 de junio de 2010

Casualidades, casualidades...

Unas cinco o seis velas que alumbraban la estancia. Se había ido la luz, no es que estuviese sufriendo una crisis romántica.

-Dime, Audrey, ¿qué tal te va la vida? La última vez que nos vimos... Bueno, no terminó del todo bien, ¿recuerdas?
- Me hablas de cuando te eché de casa? Bueno, ¿ y de mi vida también? Pues a pesar de ser víctima de un destino cruel, malvado, pésimo, egoísta,...
-¿Qué te ha pasado? Ha ocurrido alguna desgracia... ¿no? Si ya decía yo que tu padre no tenía buena pinta, esa tos no era normal...
- Oh, no querido John, mi padre tose, sí, pero vivo creo que aún lo está. Estás en esta habitación conmigo, porque "casualmente" nos hemos encontrado en este despacho de abogados... ¿Te parece poco, el hecho de tener que aguantarte durante este rato? Ufff...¡Hombres!


A todo esto, vuelve la luz y se dan cuenta de que están mucho más cerca de lo que la luz les permitía ver. Ella adopta una posición hostil, fría, distante, aunque de poco le sirve, pobre diabla, sus ojos hablan por ella y por el deseo que tiene de caer entre sus brazos, entre los brazos de él.
No, no quiere pensar en ello, así que recoge su abrigo, y con ello se despide:
-Ha sido un autentico placer volverte a ver, John.
-Pero..
-Parece mentira, ¿Ya has olvidado lo fanática que soy del sarcasmo?

Y desaparece de la estancia, y una vez más, de los brazos y del deseo que provenía de John, ése que le llamaba a todas horas, ése que no había dejado de añorar desde el día mismo que ella lo expulsó de su vida. Y bueno, también de su casa.