VIVE TU VIDA COMO QUIERAS QUE SE RECUERDE, NO COMO QUIERAS QUE SE IMAGINE.

sábado, 13 de agosto de 2011

I'll just say what you won't say.

Al escuchar esos gritos de mis vecinos, no he podido si no sentir una profunda tristeza al pensar por lo que deben estar pasando. No dejan de ser una pareja que, si bien no, hace un tiempo, se querían, se respetaban, se amaban profundamente.
No puedo si no recordar la vez que realmente discutí con el que fue mi pareja durante nueve días, el odio que tanto él y yo éramos capaces de transmitir con simples palabras. Ahora sigo oyendo gritos, gritos que maldicen el día en que se conocieron, mencionan a sus respectivas madres y demás, ya sabéis. En una ocasión, desvirgué a esa persona de la palabra "asshole". En el momento que la dije dirigida a él, me sentí culpable por haberla ni siquiera pensado. Al segundo me dijo que nunca le habían llamado "asshole", ni una sola vez en toda su vida. ¿Quién era yo para calificarlo como tal, por mucho que sintiera, siento, por muy cabreada que estuviera? Claro que intenté disculparme y me perdonó (o fingió que lo hacía). Claro que en sucesivas situaciones, la historia se volvió a repetir y su tolerancia se empezó a derramar. 


No puedo sentir otra cosa que dolor, añoranza, nostalgia, entre gritos vecindarios y una quebradiza grieta muy dentro de mí. Supongo que en algún momento todo todo todo llega a su fin. Y no es que esté diciendo que ésto o aquello se termine ya, aquí y ahora, sentenciado por estas palabras, no.
Lo que estoy diciendo es que cuando llega el momento, tienes que dejar ir a lo que más quieres para así protegerle de ti mismo.